Se revuelve entre sus sábanas, ahora no puede dormir.
Se retuerce entre sus sueños, ahora no quiere salir.
Le da miedo, no quiere perder otra vez.
Perderlo todo y volver a empezar, una, otra y otra vez.
Está cansada de esconderse, cansada de sufrir.
Solo quiere que la deje tranquila, pero yo no quiero dejarla.
Solo quiere que alguien desmantele su escondite, pero ese alguien aun no existe.
Descabelladas ideas le rondan ahora la cabeza, trastocan sus sueños.
Ojalá desaparecieran y la dejaran soñar tranquila.
Pero pasan los días y no se van, de hecho, cada día se asientan más.
Van a acabar por volverla loca.
Malditas ideas salvajes, iros por donde habéis venido.
Dejar de jugar en su mente con cosas imposibles.
Dejar de asustar a la niña con cuentos de fantasmas.
Ahora ya no sabe si los fantasmas existen o no.
Y con cada vez más ideas, menos consigue dormir.
Va a hacerse daño a sí misma, todos lo sabemos.
Pero, nadie hará nada, nadie hace nunca nada.
Así que la dejaremos que se queme una y otra vez, y puede que algún día aprenda...
O puede que nunca quiera aprender esa lección.
Puede que le atraiga el fuego.
Y, puede que haya alguno que no la queme...
Pero, de momento, hasta que apague o controle la hoguera que tiene ahora dentro, va a ir quemándose poco a poco, y le va a doler... y lo sabe...
...:Netinha:...
1 comentario:
El fuego purifica y da paso a la vida, por lo menos en la naturaleza.
Solo duele cuando esta ardiendo, luego resurge la vida.
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